martes, 23 de marzo de 2010

Say you goodbye at the airport...

...held you so close to me and say "So here we are now, and I can't stop from crying Lili"!
No, no creáis que tengo esto abandoned as a summercat. Es sólo que he tenido mi primera visita de un amigo a las escocias, y quieras que no eso distrae. Un tanto.
Antes del goodbye at the airport I said hello to my friend, con un abrazote emotivo de estos que solo se ven en los aeropuertos. Momentos antes estaba sentada frente a la salida de "Arrivals", con una mezcla de nervios y euforia contenida recorriéndome todo el cuerpo. ¡Se me hacía tan raro y emocionante a la vez verle entrar por esa puertecita que daba a mi nueva vida! ¡Tenerle aquí, en Edinbra!
Y cuando creía que me había equivocado de vuelo, apareció. Cargado de bultos como el que se va 7 años al ´Tíbet, a conjunto con su corte de pelo y su estilismo habitual. Tan genial, tan él.

Y me es imposible resumir los siguientes días, porque serían a few pinceladas que no llegan a retratar lo vivido en absoluto. Es como resumir el cuadro de "El jardín de las delicias" diciendo que es un montón de personas desnudas en un jardín. Por eso, porque es no hacer justicia a la verdad y porque aún me siento demasiado vulnerable para entrar en un estado de nostalgia, no lo haré.

Lo que si diré, es que Edinbra se convirtió en un lugar más cálido desde su llegada. No sólo porque el buen tiempo continuase, ya sabéis mi teoría sobre eso. Tampoco fue porque él viniese cargado de ropa hi-tech entre sus 25 kilos de equipaje, o porque me prestase su "oveja" (dícese de la extensión de su cuerpo en forma de abrigo de lana y ante, del que no se desprende ni en verano con 40 grados a la sombra.)
Sencillamente es él. Edinbra, Madrid o donde quiera que vaya, él me arropa tan sólo compartiendo el aire. Desprendiendo oleadas de cariño, exhalando toneladas de humor o lanzando dardos desde la confianza (qué mejor sitio para dar en el blanco?). 6 días andando por Edinbra como con 4 mantas encima (pero sin tener que soportar el peso material! :)
Y lo mejor, que no sólo soy yo la afortunada. El ambiente se torna cálido en cuanto aparece, y da la vuelta hasta a las comisuras más testarudas sin que uno se de cuenta. Eso hizo con mis amigos, con mi familia, con mis niños (incluso con Fraser! ¿qué le hiciste, que quiere que vuelvas ya?) 

Me ha encantado que vinieras, gnomo a tierra de gnomos. Después de todo, fuiste tú el que me susurraste al oído el nombre de "Edinbra"... y no puedo hacer más que agradecértelo.

P.S.-Continuaré la linea del blog en la siguiente entrada, don't panic. No más desvíos sentimentaloides, I promess!

sábado, 13 de marzo de 2010

Truly Scottish Day

Hoy estoy radiante, casi tanto como el sol que lleva brillando toda la semana en Edinbra.

Y es que el tiempo últimamente podría describir perfectamente mi estado de ánimo, pero hoy... hoy es el día con más luz de todos. Casi cegador. El tiempo también los componen las personas. Es el ingrediente clave para que irradie tanta vida, con más o menos sol. Hoy Edinbra se ha vestido de kilt, y ha rellenado las calles de gentes, de personas. Las zonas principales y las que no lo son, atestadas de varones con falda por doquier.

Pero el día de hoy no empieza aquí, si no que empieza ayer (así, como lo leeis): Ceilidh. Ya he descrito anteriormente en el blog este tipo de fiestas, pero para que os hagais una idea... Tiene lugar una vez al mes, en una sala muy amplia (en la que tienen que caber la banda que toca, mesas, sillas, barra y espacio suficiente para acoger al mayor número de personas posibles sin que haya ningun herido. Yo sé porqué lo digo.)

Y lo mejor: los chicos en falda, por supuesto. El 90% de la asistencia masculina allí lleva kilt, lo cual aparte tener su gracia es absolutely much more sexy. Admito que puede ser algo contradictorio, como bien pude advertir, decir que "A mi es que me gustan los chicos muy masculinos" -conversación con una amiga- rodeada de cientos de hombres en falda. No sense.
Supongo que no es lo habitual, pero un chico en kilt lo encuentro doble o triplemente masculino!

En fin, que nos os voy a disertar con palabras de teenager sobre mis preferencias personales, ejem. Este blog no ha llegado hasta ese punto (not yet). El caso es que allí fui, acompañada por supuesto de unos cuantos varones en kilt y otro puñado de au pairs. Cuando (por fin!) conseguimos reunirnos todos dentro y después de hacernos con un drink (por aquello del sweat), nos unimos a la fiesta que había ya montada. La banda, estupenda como las otras veces, amenizaba cada canción explicando los pasos al principio de cada una. Siempre con jockes, aunque la mayoría ni les pillara (how am I suppossed to understand the steps and get the jockes, both at the same time AND with a haaard scottish accent???). Y los bailes parecían empujar las manecillas, porque el tiempo pasaba bailando. Y un, dos, tres, la pareja 1 pasa por debajo de pareja 2, cambio, y agárrate del brazo del de enfrente y da vueltas, que es tu turno. Dudo que alguien pueda pasar las 4 horas que estuvimos sin dejar de reír un solo segundo.

Y después de acabar completamente chorreando pero con una sonrisa de oreja a oreja, nos fuimos al bar de enfrente. For a drink (por aquello de que we deserved it). Y era cuanto menos pintoresco, pasearse junto a nuestros chicos en kilt, y tomar una cerveza con ellos. Y esuchar historias relacionadas con el "linaje de su tartán", y cómo su diseño es único para su familia. What a folk stuff.
Sí, pero no me quiero poner cultureta porque todos sabemos donde acabamos, even though we had to pay anyway for just one hour and a half: THE HIVE. Tercer hogar, después del Starbucks de princes. Con razón hay un grupo en el facebook llamado "where should we go tonight? err...ahm....ok, fuck, let's go to the hive!" or something similar. Todo el mundo tiene sus pequeños fetiches, I guess. Cosas que no es que nos gusten porque sean las mejores, sino porque las sentimos nuestras. No me gusta el hive porque sea amazing, it's just I feel SO confortable there!

 Y esta mañana, he sido la huésped más afortunada del mundo:
-Are you hungry?
-I'm starving, actually!!!
-I promess I'll feed you up with a biig breakfast!

¿Cuándo alguien me ha preparado un desayuno a base de huevos revueltos, tostadas, rolls de bacon-camembert-ensalada y café? Hoy. What-a-fantastic-day.

Y el folk me ha acompañado en mi paseo por el centro, con las calles a rebosar de masculinidad en kilt. Resulta que hoy hay partido de rugby y la gente se echa a la calle con sus kilt, banderitas y demás merchandising. Cual españoles con la camiseta de su equipo bajando al bar a ver el partido, y luego dándole al claxon como si se hubieran vuelto locos. (pregunta filosófica: los personajes que después de un partido sonorizan las calles de esta manera, y al pasar por tu lado te gritan un "WWEEEEHHHHHHHHH!!!" que requiere todo el aire de sus pulmones, harán lo mismo con TODAS Y CADA UNA de las personas de la calle? En fin.)

Y todo princes, lleno de sol y de cuadros. Y todo Haymarket, con un bunch de people saliendo de la estación venidos de quien sabe donde, solo para el partido. Y por supuesto mi zona: Murrayfield, a 3 minutos del Murrayfield Stadium, lugar donde se celebra el match. Qué ambientazo, deberíais volver a ser mis ojos esta vez. Hasta uno de mis niños, Nicholas, se ha enfundado en su falda para asistir al partido. Como buen fanático y jugador de rugby que es, no se pierde un solo partido en kilt.

What a wonderful and Truly Scottish Day!

miércoles, 10 de marzo de 2010

Nothing to say.

Completely exhausted, that's how I feel right now. Nothing to do with lot of work today, but it wasn't a little either. After going to school with the boys I've been working at "The Beverly Hotel", making beds and cleaning stuff. Then I was supposed to clean my own house, but I'd rather to sleep. Tired.

Later I collected the kids not in my best mood to be honest, and as I didn't have anything more useful to do I started to cook chicken nuggets, joined a huge amount of rice. I should practice more often, the amounts to cook is definately not my thing. I've spent 2 hours doing that, since I had to make breadcrumbs from a frozen bread in the fridge. That's not the best thing to do to lift your mood, but I tried my best. Then... it's now, still looking forward to get into bed (despite of the fact that I've been sleeping this morning. Anyway.)

There are quite a few stories absolutely more interesting to keep you reading, but, you know, not in the right mood: completely exhausted.

lunes, 8 de marzo de 2010

Que sean dos, por favor

Suele pasarme el 90% de los días que acompaño a los enanos al cole, por mucho que me fastidie madrugar tanto.

Aunque la leche sea agua coloreada y cuando me paso en el microondas me queme la garganta como un demonio, y aunque me cueste la vida conseguir que Calum y Fraser se despierten y se pongan sus uniformes. Aunque haga un frío que pela todas las mañanas y tenga que desayunar de pie junto al Aga (horno) para coger algo de calor. A pesar de tener que estar de vigilancia continua cuando se lavan los dientes, porque se creen que abriendo el grifo y escupiendo un par de veces ya me creo que están en la labor. Aunque me de cien patadas tener que salir a esas horas que ni las calles están puestas, ni el sol se ha despertado aún.

Pero cuando ayudo a Fraser con sus mini-zapatos, o cuando le abrocho el abrigo nike a Calum, o cuando le pongo el gorrito rojo al enano -con esa cara de bicho que tiene-... No me los comería porque preferiría guardármelos en un bolsillito y llevármelos a todas partes para achucharlos cada 5 minutos. Y, de camino al cole, Calum me da la manita mientras mantienen trascendentales conversaciones sobre cómo asaltar el colegio un domingo y robar todas las joyas que esconde dentro. Típico, un colegio = joyas, ya se sabe. O sobre cuánto van a heredar cuando se mueran sus padres. Son así de gores, sí, yo también me quedé sorprendida al escucharles. Pero Calum me respondió muy tranquilamente "I know it's sad, but, you know, they'll give us all the money!!!". ¡Por dios bendito, eso son valores! Aunque lo dice con una cara tan dulce y angelical que realmente crees que está diciendo la frase más adorable del mundo.

Y luego está la parte que yo llamo "Where The Wild Things Are". Vale, sí, sé que la frase no es mía, pero y qué? La aplicación sí, y es lo que cuenta: cuando dejan de ser adorables, y se convierten en fierecillas indómitas. Cuando se comportan como lo que son: enanos que se divierten revolcándose por la moqueta, peleándose mientras se ríen. Siempre que los veo, me recuerdan a los documentales de la 2 (Y no por lo cultural, disculpad lo innecesario de la aclaración, si no por las míticas imágenes de cachorros de león en plena naturaleza, jugando a morderse y patearse cariñosamente). O cuando se disfrazan (esto lo hacen a menudo, sospecho que tienen un cuarto escondido detrás de una estantería secreta donde guardan infinidad de disfraces, si no no lo entiendo!) y juegan a indios y supermanes con pistolas de última generación y espadas láser (sí, porque los disfraces nunca suelen combinar).

Pero, sobre todo, me encanta la parte en la que gritan. Como en la película, como cuando todos gritan, o aullan, o simplemente dejan salir lo que tienen dentro. Calum, y también Fraser, es Max. Que gritan cuando juegan, o cuando sienten rabia, o cuando no saben cómo decir lo que quieren. Y gritan como gritan los niños, de forma salvaje, sin pulir, todavía sin reprimir. Y eso me encanta. Todavía no han sido enseñados a disfrazar los aspectos más puros... y es que los niños son precisamente eso, puros.


Observo todo eso con una sonrisa en la cara y una voz que me grita (también!) desde dentro, entusiasmada: "¡Chicos! ¡¡Si alguna vez tengo hijos, que sean chicos!!"

Aunque Calum sea such a marshmallow, porque he de decir que tiene una sensibilidad femenina bastante desarrollada (para más inri, Fraser lo llama "the hugger"). Y aunque a veces Fraser sea aaabsolutamente insufrible, y su lado salvaje sea demasiado exagerado (léase episodios como "rabieta in the middle of the street, pegando patadas por doquier por unos malditos maltesers).

Haciendo un balance general de pros y contras, hace tiempo que tengo claras dos cosas:

1-. ADORO INCONDICIONALMENTE A ESTOS NIÑOS.

2-. QUIERO CHICOS, fierecillas indómitas como éstas.

Eh, ¿quién dijo que la experiencia au pair te hace quitarte de la cabeza la idea de ser madre?

P.S.-To be honest, hay algunos pequeños e insignificantes motivos que acrecentan mi amor hacia ellos. Como que Calum me dijera la semana pasada que tenía 2000 pounds en el banco, y que cuando estuviera autorizado iba a sacar todo el dinero y me lo iba a dar para que no me fuera nunca. Y, al llegar, le dijo a su madre que me subiera el sueldo. ¡¡¡Por dios bendito, eso son valores!!!

domingo, 7 de marzo de 2010

Sunday, bloody sunday

¿Y quién dijo que no hay domingos atípicos? ¿O acaso todos tienen que empezar desde medio día (it depends on what time you got home last night) y dejarse arrastrar hasta la noche haciendo los biensabidos viajes del sofá a la cama y de la cama al sofá, mientras escuchas las gotas estrellarse contra el cristal? No, no, basta ya de generalizaciones. Ni todos los hombres son iguales, ni todos los domingos tampoco.

Hoy ha sido uno de esos que deciden salirse de la norma, empezando porque deciden nacer pronto. A eso de las 10 de la mañana. (Quizá haga algo así como 5 meses que no veo Edimburgo un domingo a esas horas tan tempranas, pero ya veis. Soy una rebelde.) Y todo por hacer caso a una buena amiga mía, que lleva dándome la paliza con el "Breakfast club" una cosa de 3 meses. Ca-da-do-min-go. Y claro, una ya, entre cansancio y ganas de satisfacerla con tu presencia, pues va.
*Aclaración, Breakfast club: dícese de un grupo de gente que tiene por costumbre reunirse cada domingo en un lugar diferente de Edinbra para desayunar. Su origen es un misterio: la gente se conoce una vez en el sitio, es decir, que no se trata de amigos de siempre, es un grupo completamente abierto. Y yo me pregunto... ¿El que lo creó, lo creó sólo? ¿Y luego conoció a la gente allí? Porque he de aclarar que no hay ninguno que comparta trabajo, piso o lazos familiares, ósease, que no tienen nada en común salvo el breakfast club. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Pues esto es lo mismo.

El caso es que allí que me he dirigido, y es en estas ocasiones cuando valoras lo que tienes EN CASA. Dos trozos de pan con un poco de revuelto, un té que no llenaba ni medio vaso y un zumo de naranja raquítico, acompañado con una conversación inerte... todo ello por el módico precio de 9 libras. Y digo yo, lo bien que estaba yo en casa. Con mi nesquik, mi leche, todas las tostadas que se me antojaran y un zumo en un tazonaco que te mueres.

Me ha costado recuperarme de la taquicardia al ver la cuenta (a todo esto, cabe mencionar que este finde no he salido por la noche por AHORRAR), pero cuando lo he hecho que me he ido a darme una sesión de window shopping, que bien me lo merecía. He caido rendida cual Carrie Bradshaw ante unos stunning shoes, lo cual no es ninguna novedad en mí, sino fuera porque
1-. Me ha hecho tomar más conciencia de la situación paupérrima que siempre me acompaña.
2-. He maldecido todo lo maldecible por malgastar 9 librazas en el breakfast y no EN ESO.

Así que después de darle un buen paseo por tooodo Princes St disfrutando de un espléndido e inusual sunny day in Edinbra, me he dirigido al Brass Monkey con más ganas que nunca. El Brass es un bar cualquiera de una calle cualquiera (eso sí, céntrica en la Royal Mile), pero que en la salita de atrás esconde un cine casero donde proyectan pelis todos los días, y gratis. Lo mejor es la acomodación: una sala entera repleeeta de sofás, ¡pero no sofás diferentes! para explicarlo con pinceladas, es como si la sala entera estuviese ocupada por un sofá enorme. Y allí nos amontonamos un bunch de people: tumbados, sentados, como si estuvieras en casa de un amigo. Eso sí, con mini-mesas encima de los sofás adaptadas al movimiento para tomarte tu café, sandwich, pinta, lo que quieras menos palomitas
La última vez que fui me encantó, pero resulta que este bloody sunday se les ha ocurrido proyectar una película con un inglés que se asemejaba más al africano de las tribus minoritarias, porque nadie ha entendido una sola frase. La gente se dormía, pero yo terca de mí me he empeñado en entender ALGO durante las 2 horas de peli.

Con más desilusión que otra cosa, me he levantado del sofá al terminar y me he venido directa a casa, pensando que mañana será otro día. ¡Pero qué va! Aún me queda lo mejor del domingo: LIMPIAR LOS BAÑOS. Por dios, ¡¡que los domingos vuelvan a ser como han sido siempre, grises, vagos y caseros, por Decreto Ley!!

viernes, 5 de marzo de 2010

Take a deep breath

Y escribe. Simplemente, escribe. No importa el tiempo que haya pasado desde la última vez que lo hiciste, nunca es demasiado tarde.

Es cierto que he tenido este espacio no un poco, completamente abandonado. Cuando empiezas a meter la cabeza en este mundo paralelo aún tienes tiempo la otra media en tu mundo anterior, pero esa fase pasa en cuestión de meses. Una vez ya has sumergido la cabeza entera, es tremendamente difícil mantener intacto el hilo que te une con el mundo anterior, además de lo agotador que resulta viajar de uno a otro habitualmente. Los viajes cansan. Y los mentales, me atrevería a decir que más.

Anyway, en estos meses han pasado millones de cosas y ninguna a la vez. Demasiada mescolanza para filtrar con buen criterio lo que plasmar aquí. Podría resumirse en dos etapas: Antes de Navidad y Después de Navidad.

Antes: Todo Edinbra era blanco. completamente blanco, precioso como siempre, azucarado y dulce. El mercado navideño de Princes street acentuaba aún más el ambiente de cuento, de ensueño, del "todo puede pasar aquí, y todo bueno". El aire se respiraba helado, pero yo apenas sentía el frío. Caminaba como flotando por la ciudad, crujiendo la nieve a saltitos, aprovechando los segundos como en éxtasis constante. Los niños, mi edinbramigos, todo exhalaba perfección.

Después: Se me había olvidado lo extenuante de volver a introducir la cabeza, así que tocaba recordarlo. Fue como un despertar del sueño, una vez terminado el curso, con los primeras despedidas y algún que otro problemilla con los enanos. Quién dijo eso de "la cuesta de Enero" no sé si sería consciente de las innumerables aplicaciones que aquello podía tener. ¡Esta es una!
Edinbra seguía brillando, con esos destellos que lanzan las joyas antiguas. Gris cegador, aun con lluvia y nieve. Edinbra nunca decepciona, ni sabe de cuestas de Enero. Pero yo, por mi naturaleza humana y no ciudadil, me debo s los cambios anímicos y emocionales que ello comporta.
Y la vuelta fue una vuelta rara, con alteraciones significantes, que no significativas.

Pero el Después se divide a su vez en dos partes, y la segunda ha empezado hace pocas semanas. De un incipiente desánimo todo ha tornado en un semi éxtasis mucho más enriquecedor que el anterior, ya pasada la emoción de la novedad y los nervios en la tripa. Y todo por la razón por la que se suelen dar estos cambios: Me he vuelto a enamorar. He vuelto a Edinbra, y he vuelto a conocerla. Y no me canso de mirarla, ni de pasear sobre ella. Me he vuelto a enamorar perdidamente de la ciudad. Y vuelvo a escribir porque cada día se me amontonan las cosas que contar en la cabeza, cada minuto descubro algo nuevo para compartir... esta sensación de enamoramiento, como siempre pasa, me hace estar de un humor inmejorable. Y como siempre suele pasar también, eso hace que las cosas vuelvan a su cauce: my wee scottish boys (miles de historias que contar, miles!), my adorable host family (more than I expected), my friends (despite of the leavings, more and better!), my proyects (new course, new life).

Y es que la vida siempre sonríe, sólo hay que entender su sonrisa. Y esta noche, en Edinbra, una sonrisa enorme y blanca se ha posado en el cielo. Tendríais que ser mis ojos. No os quedaría más remedio que enamoraros.