He intentado contenerme, dije que no quería saber nada del amor... pero como dicen los anuncios de los edinburgh-buses: LOVE HAPPENS. Así de simple. It's saturday, and I'm in love! (vale, he cambiado un poco la letra de la canción... pero lo merece!)
Ayer me tocó cleaning day, aunque bastante de palo porque solo me duró una hora. El resto del tiempo lo malgasté viendo dos pelis y saqueando una de las tres neveras que hay en esta casa. Al mediodía me puse muy responsable a hacer mis homeworks, y cuando no había hecho más que abrir el libro apareció Tina, la china (y no, no es un chiste!). Se quedó conmigo mientras comía su comida china (noodles oscuritos, qué buena pinta...) y me ayudaba a resolver las 15 preguntas sobre Escocia que tenía como deberes. Lo típico que sabe cualquier extranjero, vamos: quién es Bobby (por cierto, es un perro al que le han erigido hasta una estatua), marcas de whiskys y alguna que otra palabra en dialecto escocés... menos mal que estaba Tina, porque si no iba lista!
Al final apareció también Lucas (polish) y entre los tres (con ayudas momentáneas de Doggy, el fontanero, y Bruce, el padre) conseguimos sacar todas las respuestas.
El caso es que el resto del día tampoco fue muy interesante, preparé la cena al mayor y me subí a culturizarme con los dvd's, porque los enanos estaban en casas de amigos (Fraser en casa de su novieta pasando la noche, pronto empieza!). En teoría me tocaba babysitting, así que por eso no hice planes. Y digo en teoría porque a última hora mi madre postiza decidió que se encontraba mal y que podía salir yo de fiesta. Agh!
Hoy por la mañana he ido a saturarme un poco más de cursos, porque he encontrado uno por 10 libras 10 semanas! así que allí que iré. El caso es que llevaba todo el día pensando en él. Llevaba gran parte de la semana rondando por mi cabeza, pero no sabía cuándo sería la próxima vez que le vería. Cada vez que lo imaginaba sentía ese subidón de adrenalina... bueno, ya sabéis de qué os hablo, tampoco hacen falta más detalles.
Ocurrió cuando me decidí a dar otra de mis vueltas exploradoras por Edinburgh. Conociendo nuevos lugares, perdiendo el tiempo doblando esquinas y adentrándome en callejuelas... y de repente, cuando paseaba por mi lovely Victoria Street, le he vuelto a ver. ¡¡¡¡!!!!
Podéis imaginaros, mi corazón casi corriendo por la acera de enfrente, según me acercaba a él... pero con tan mala suerte que justo cuando me le he encontrado me quedaban escasos minutos para acudir a otra cita. Con un amigo de mi hermana y su mujer, (típicas quedadas con gente que no conoces solo porque estás en un lugar extraño). Así que ni corta ni perezosa, me le he llevado a la cita. Ahí hemos estado unas horas, en el hard rock compartiendo coca-colas los 4. ¡¡Qué geniaaal!!
Y ahora está conmigo en casa (que me le he traido también of course), y no dejo de mirarle. Is sooooooo nicee... my dress!!!
Vale, alguna vez tendría que tocar entradas chorras como ésta. Y ahora, me voy con mi host family a disfrutar de scotish meal, que el padre ha decidido que el día es lo suficientemente especial como para deleitarnos con ella. ¡Qué ganas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario